Mientras estudias Efesios te puedes encontrar con el pasaje de la Escritura que habla de no emborracharse con vino, sino de ser lleno del Espíritu…
Así que no seas tonto, pero entiende cuál es la voluntad del Señor. (18) Y no os embriaguéis con vino, porque eso es disipación, sino sed llenos del Espíritu, (19) hablando entre vosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando de todo corazón al Señor; (20) dando siempre gracias por todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo a Dios, el Padre.
Efesios 5:17-20
John Piper (citando a Ralph Martin en su libro “Worship in the Early Church”) dice que “La Iglesia Cristiana nació en el canto“. En un gran post sobre nuestra adoración colectiva, Piper dice que “La realidad de Dios y Cristo y la creación y la salvación y el cielo y el infierno son simplemente demasiado grandes para el mero hecho de hablar; deben ser cantados“.
2 pensamientos vienen a la mente al leer estas citas:
- Hay un componente de comprensión para expresar la gloria de Dios.
- Hay un componente emocional para expresar la gloria de Dios.
El entendimiento viene cuando nos enseñan y cuando captamos las verdades de Dios. Pero la profundidad emocional de SENTIR las glorias de Dios viene del corazón, y no de la mente. Una de las mejores formas de expresarlo es a través del canto.
Piper dice, “La razón por la que cantamos es porque hay profundidades y alturas e intensidades y tipos de emoción que no se expresan satisfactoriamente con meras formas prosaicas, o incluso lecturas poéticas. Hay realidades que exigen pasar de la prosa a la poesía y algunos exigen que la poesía se extienda al canto.“
La música y el canto han sido y serán centrales en la fe cristiana porque las verdades de Dios, como la salvación, la misericordia, la gracia, la fidelidad y el sacrificio exigen mucho más que un análisis reflexivo.
El corazón burbujea una forma de alabanza llamada tehillah. Es esta espontánea y sentida alabanza que va más allá del pensamiento y el análisis de la mente. Tehillah es el canto que nos ayuda a expresar el disfrute de las verdades de Dios. Es una alabanza profunda, impulsada por la emoción que complementa la expresión de la mente.
Cantar y hacer música para el Señor desde nuestros corazones es tan importante como ser enseñado y aprender sobre las verdades de Dios. Piper dice, “el trabajo del corazón (las emociones) es tan importante para reflejar la gloria de Dios como el trabajo de la cabeza (el entendimiento) es…“
Sólo ten en cuenta que la próxima vez que sientas ese salmo, himno o canción espiritual brotando de su corazón, aunque no pueda explicarlo, entiende que ¡Expresar el reflejo de la gloria de Dios a través del canto y las melodías es algo maravillosamente bíblico y piadoso!
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