¿Es nuestra música sólo para la iglesia? ¿Debe nuestra creatividad limitarse a las cuatro paredes del domingo? ¿Son la música y la producción tan importantes como la propia canción? ¿Cuál es el equilibrio entre ir más allá de los límites en nuestro culto y hacer lo que se ha demostrado que ayuda a la gente a encontrar a Dios en un servicio? ¿Dónde está la línea entre la producción que distrae demasiado y la producción que mueve el corazón de la gente?
Creo que podríamos hacernos una pregunta mejor: ¿Qué es lo que queremos lograr en última instancia a través de nuestra música?
Muchas veces, en nuestra cultura, la respuesta pasa por crear una canción muy cantable, con una letra y una producción sencillas y de carácter himno, para que la mayoría de la gente pueda captarla rápidamente. Algunos argumentan que esto crea un ambiente para que la mayor cantidad de gente encuentre la presencia de Dios y ayuda a que las canciones lleguen a más iglesias.
Pero… ¿y si el propósito de nuestra música de adoración fuera más grande que las cuatro paredes de la iglesia?
El ministerio debería estar en el corazón de cada creyente. Todos estamos llamados a representar a Cristo en todo a todos los que nos rodean. Todos somos misioneros a tiempo completo, incluso si sólo trabajas en una cafetería.
La gente en todas partes está mirando lo que producimos en cada área de nuestras vidas, incluyendo nuestra creatividad, para ver si tenemos algo que ellos no tienen. Sólo buscan algo que vean de valor. Si no mostramos más fruto que un incrédulo, entonces ¿qué clase de vida estamos viviendo?
¿Qué pasaría si miráramos nuestra música con este estándar de excelencia? ¿Qué pasa si cada canción que escribimos y tocamos la hacemos sabiendo que puede atraer a la gente a la sala del trono de Dios? ¿Qué pasaría si pusiéramos tanta intención en cada detalle de una canción para que representara lo mejor de Dios para todas las personas de diferentes demografías?
Alguien dirá: algunos músicos están llamados a ese tipo de cosas, pero la música de adoración es para la iglesia. Deja esas cosas «artísticas» para aquellas personas llamadas a evangelizar en un carril diferente. La gente tiene diferentes propósitos, ¿verdad?
La primera vez que alguien hace algo nuevo, o que podríamos calificar de «artístico», la respuesta de la congregación va a ser de resistencia y vacilación. Seguro que cuando Hillsong Young & Free tocó por primera vez una de sus canciones de corte electrónico, los feligreses no bailaron y cantaron apasionadamente como lo hacen ahora. Otras iglesias probablemente tuvieron que pensárselo mucho antes de introducir ese sonido en sus propias iglesias. Ahora, llenan estadios y las iglesias de todo el mundo cantan sus canciones.
Las canciones y las letras requieren mucho trabajo. Hacer algo nuevo requiere trabajo. Sacar la creatividad del futuro en lugar de mirar las canciones del pasado lleva trabajo. Lo entiendo, pero ¿no deberíamos trabajar duro en todo ello? ¿Qué pasaría si impulsáramos cada área de lo que producimos en la iglesia para que la gente dentro de la iglesia se encontrara con algo fresco y emocionante y la gente fuera de la iglesia viera algo producido con una mayor excelencia que lo que ven en el mundo?
¿Dónde está nuestra norma? ¿Esto es genial para los cristianos… o es genial para todo el mundo…? Le debemos a todo el mundo llevar fruta fresca a la mesa.
Servir grandes comidas de creatividad en las que cada elemento del plato esté preparado con excelencia y satisfaga el apetito espiritual de los perdidos. Cada sonido que creamos transmite diferentes emociones. Al limitarnos en los sonidos que producimos, estamos limitando a nuestros oyentes a la vasta gama de emociones que Dios abarca.
Escribo todo esto orando y creyendo que muchos de ustedes seguirán escribiendo, produciendo y/o tocando en nuevas canciones que representarán a Jesús ante el mundo. Vivimos en una época en la que es más fácil que nunca lograr esto. Mi mayor sueño es ver una generación de músicos y artistas profundamente apasionados, apasionados por traer el cielo a la tierra y explorar las nuevas dimensiones de la cultura creativa del cielo.
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