¿Qué imaginas en tu mente a lo largo del día?
Más a menudo de lo que deberíamos, nos imaginamos el peor escenario posible… facturas que no se pagan… personas que no nos aprueban… estropear el riff de Lion and the Lamb…
¿Y si la imaginación infantil fuera el punto de partida de la fe? ¿Y si fuera lo que necesitamos para ver un avance en nuestra adoración? ¿Y si la pregunta “¿qué pasaría si?” fuera el primer paso para ver lo imposible?
Sigue corriendo.
La imaginación es la razón por la que nos levantamos y nos mantenemos motivados. Es un aspecto importante de la esperanza poder imaginar un futuro positivo. Creo que la falta de imaginación es una de las razones por las que no tenemos avivamiento en la iglesia y en nuestro culto.
Gran parte del resultado de una reunión de la iglesia se basa en las expectativas. Si no soñamos a lo grande con lo que Dios puede hacer cuando nos reunimos, o en cualquier momento en realidad, lo más probable es que nos quedemos satisfechos y tengamos poco crecimiento.
Si entramos en nuestros servicios esperando (imaginando) que nuestra adoración rompa cadenas, que la presencia de Dios se mueva en la sala y que, en última instancia, las vidas cambien, empezaremos a ver avances en nuestras iglesias.
La complacencia mata la imaginación.
Nashville ha sido conocida como el corazón del Cinturón Bíblico: tiene una iglesia en cada esquina y es el centro de la industria de la música cristiana. Lo más probable es que si se pregunta a un desconocido por la calle, éste diga que es cristiano.
Con este tipo de cultura ampliamente aceptada, la gente tiende a tener una mentalidad más cómoda y asentada para acercarse a Dios. Cuando eso se prolonga demasiado, creo que la gente no puede evitar darse cuenta de que hay algo más que nos llena.
Hay una iglesia en Nashville que muchos dirían que es una fuente de avivamiento para la ciudad. Fue una iglesia que nació naturalmente del hambre. No había otro plan que el de encontrar una auténtica conexión con el Dios vivo abriendo las puertas de una casa para que 20 personas pudieran adorar juntas. En pocos años ha crecido rápidamente hasta alcanzar varios miles de personas. Cuando la gente les pregunta sobre ello a los miembros y líderes y cómo ha crecido tan rápido, siempre vuelven a lo mismo: la expectación.
Tenemos que estar hambrientos -querer más, esperar más, imaginar más- para que haya un avivamiento
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”
Mateo 5:6
Hablamos mucho del poder de las palabras, pero ¿qué pasa con el poder de lo que imaginamos?
Hay algo en los sueños, en las imágenes, en las historias y en la imaginación que nos lleva a la realidad lo que todavía no es. Creo que una de las razones por las que Jesús hablaba tanto en parábolas era para ayudar a darnos imágenes, no sólo palabras y conceptos. Nos ayuda a imaginar la realidad de lo que está hablando y a hacer realidad los conceptos.
De manera similar, esta es la razón por la que nuestros testimonios son tan poderosos. Cuando vemos la manifestación milagrosa de Dios en la vida de alguien, podemos imaginarnos más fácilmente que ocurre para nosotros y para otros también.
La batalla está en la mente. Tu ojo es tu lámpara para ese campo de batalla.
¿A dónde va tu mente cuando te enfrentas a un reto? ¿Imaginas el peor escenario o lo imposible?
Cuando imaginamos escenarios con resultados negativos… de nosotros metiendo la pata en el escenario… de nosotros siendo rechazados… de nosotros no siendo capaces de tener éxito o de mantenernos… de nuestras ciudades y del mundo volviéndose más y más oscuros… muchas veces terminamos viéndolo. Son profecías autocumplidas.
Muchas veces dejamos que los medios de comunicación y las noticias nos den realidades de un mundo sombrío que se desmorona. Nos desesperamos y asumimos que el fin de los tiempos está sucediendo en lugar de elegir ver lo que Dios está haciendo y podría hacer. Nunca estaremos motivados si nos centramos en lo negativo. Rodéate de imágenes, personas y palabras que den esperanza, no miedo.
“El ojo es la lámpara del cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo estará lleno de luz”
Mateo 6:22
Imagínate como un niño.
Creo que la fe infantil se basa en la imaginación. Muchos niños no tienen palabras para expresarse y comunicarse debido a la falta de lenguaje. Sin embargo, desde su más tierna infancia son capaces de imaginar, y son conocidos por tener una imaginación más profunda que los adultos.
Hay algo en la experiencia de la vida cuando nos hacemos mayores que nos dificulta tener una imaginación infantil. Una imaginación que simplemente confía y no limita a un buen Padre.
Empieza a soñar. Deja que Dios te muestre lo que quiere realizar en tu adoración.
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