Muchos de nosotros somos perfeccionistas bastante clásicos. Queremos dar lo mejor de nosotros y no defraudar nunca a la gente, y por eso odiamos fracasar. Por desgracia, la dura realidad es que nunca podremos escapar del fracaso, por muy bueno que seamos en nuestro oficio. Los profesionales fallan más a menudo de lo que parece.
Para estar tranquilos y firmes en nuestro ministerio, tendrás que aprender a seguir manteniéndote en pie frente a esos momentos de derrota. Es la única manera de sonar realmente bien. Si dejas que experiencias negativas te afecten la próxima vez que te subas al escenario, cada nota sonaría débil e “insegura”. Eso es lo que realmente afecta al tono.
Desde mi punto de vista, la confianza proviene de cuatro áreas principales:
Ganar confianza
Este es el primer y más obvio bloque de construcción para la confianza. Si practicas y mejoras en tu instrumento, podrás estar más relajado y centrado en lo que más importa. Cuando se tiene menos práctica, es mucho más fácil entrar en una mentalidad de “puedo meter la pata”. Muchas veces, esto es una profecía autocumplida.
La experiencia también te enseña que cuando metes la pata o te encuentras en una situación difícil, no es el fin del mundo. Sobrevivirás y te convertirás en un mejor músico gracias a ello.
Dejar a un lado las comparaciones
Una tendencia muy interesante que he encontrado en mi trayectoria profesional es que muchos de los productores, compositores, músicos y artistas más experimentados son también algunos de los más inseguros. ¿A qué se debe esto? Por una buena comparación. Cuando subes de nivel siempre parece haber alguien justo al lado tuyo que es ligeramente mejor, o que al menos recibe más atención. Todo está en el punto de mira.
Una forma fácil de darle la vuelta a la comparación es darse cuenta de que todos tropezamos. Los profesionales meten la pata todo el tiempo, probablemente no son tan buenos como crees que son y todavía se están desarrollando. He escuchado a algunos de los mejores músicos tropezar bastante en los stems de MultiTracks que he escuchado.
Cuando nos deslizamos en la comparación, normalmente estamos comparando lo peor de nosotros mismos con la mejor actuación de otra persona (o cómo se retratan en Instagram). Esa es la forma más rápida de impedir el crecimiento en cualquier área de tu vida.
Humildad saludable
Probablemente todos conozcamos a esa persona que piensa que ha “alcanzado la cima” y siente que está preparada para enfrentarse a cualquier cosa. Hace poco hablé con alguien que me explicó que no sentía que le quedara mucho por aprender, aunque la calidad de su rendimiento era escasa en muchas áreas. Esto tiende a ser más orgullo que confianza.
Cuando eres consciente del hecho de que Dios te dio el don que tienes, entonces no tienes más remedio que seguir desarrollándolo. Comprender la fuente de tu don también te ayuda a confiar en que Dios te ayudará en el camino. Es una buena práctica centrar siempre tu corazón en Dios fluyendo a través del don que te ha dado antes de salir al escenario.
Encontrar la identidad en Dios
El punto más importante es este: nunca tendrás verdadera confianza si colocas tu valor en las opiniones de la gente que te rodea.
Cuando tu identidad está en Dios, no estás buscando la validación del hombre. Cuando tu identidad está en tus dones y en lo que la gente piensa de ti, cualquier pequeño error te destrozará.
También a veces pensamos que somos más justos porque somos duros con nosotros mismos después de una determinada actuación. Dios no reparte ningún premio por eso. Probablemente está más satisfecho con la persona que se equivocó terriblemente y sin embargo marchó con confianza hacia adelante, que con la persona que tocó cada nota perfectamente.
Si realmente conoces el corazón de Dios, entonces sabes que Él te ama, tanto si te equivocas como si tocas lo mejor que puedas.
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