5 consejos para practicar partes difíciles

por | Ene 25, 2021 | consejos, grupos de alabanza, músicos | 0 Comentarios

Adorar con un instrumento es una experiencia maravillosa y una gran oportunidad para usar nuestros talentos, habilidades y dones para glorificar a Dios y construir una comunidad fuerte con otros adoradores. Cuando estamos en ese lugar un domingo por la mañana, o en un servicio vespertino entre semana, lo último que queremos es estar nerviosos o ansiosos por las partes que vamos a tocar/cantar.

Preparar todo lo que podamos de antemano no sólo liberará algo de “espacio mental” para ser más sensibles durante el culto, sino que también nos permitirá tocar nuestros instrumentos y partes con confianza y energía.

Uno de los mayores obstáculos con los que nos encontramos es el de aprender una parte que es sencillamente difícil de tocar o interpretar. Ya sea una línea de sintetizador difícil, un patrón de batería complicado, o simplemente tocar en una tonalidad con la que no estamos familiarizados, todos podemos entender la lucha de tener que tocar algo que no estamos seguros de poder hacer.

La mayoría de nosotros no tiene mucho tiempo libre, y por eso es crucial saber cómo maximizar la práctica. Aprenderás las piezas más rápido, más fácilmente y mejorarás drásticamente tu capacidad musical. Así que aquí tienes 5 grandes consejos para que las sesiones de práctica sean más eficientes y productivas.

1 Familiarízate con la tonalidad y el género

Antes de lanzarse a aprender una nueva parte, siempre es una buena idea tomarse un momento para sentirse cómodo en el contexto en el que vamos a tocar. En el caso de un percusionista o baterista, eso podría implicar anotar el compás de la canción y si ésta tiene un aire de baile, rock, balada o gospel, y luego improvisar en ese contexto para sentirse cómodo. Escuchar la canción para sentir el ritmo será de gran ayuda.

Para los instrumentos melódicos, el método anterior también es una gran herramienta, pero lo más importante es familiarizarse con la tonalidad, las escalas y los acordes que se utilizarán en la canción. Esto es especialmente importante si, por ejemplo, tu líder de alabanza ha decidido que quiere tocar la canción de apertura en Fa#. Tal vez haya acordes e inversiones dentro de esa tonalidad con los que estés menos familiarizado. Si te tomas el tiempo necesario para sentirte cómodo con la tonalidad en la que vas a tocar, te ayudará a evitar notas “erróneas” más adelante, cuando empieces a aprender la parte.

2 Divídela en secciones

En lugar de abordar toda la pieza, divídela primero en secciones más pequeñas que puedas aprender de una en una. Por ejemplo, si tienes una línea principal que va a cubrir 8 compases, puedes dividirla según las frases melódicas, o dividirla en cuatro secciones de 2 compases. Una vez que hayas dividido la parte en sus secciones, puedes empezar a practicar. Imaginemos que tiene 4 secciones.

Toma la primera sección y practícala hasta que te sientas cómodo. Luego haz lo mismo con la segunda sección solamente. Cuando te sientas cómodo con esas dos secciones, agrégalas y practica las secciones uno y dos juntas. Puedes hacer lo mismo con la tercera y la cuarta sección. Una vez que las secciones tres y cuatro se sientan cómodas, puedes añadir todas las secciones juntas y practicarlas en una sola toma fluida.

Practicar de este modo te ayudará a que las partes se graben en tu memoria, ya que tendrás “marcadores mentales” a los que referirte cada vez que tengas que tocar esa parte.

3 Reduce la velocidad

Uno de los mayores errores que se cometen al practicar una parte nueva o difícil es ir demasiado rápido. Incluso si la canción es una canción de baile rápida y alegre, es una gran idea ralentizar la parte mientras la aprendes por primera vez. Al igual que puedes dividir la parte que estás aprendiendo en varias secciones, puedes hacer algo parecido con el tempo al que tocas la parte.

Si el tempo al que necesitas tocar la pieza es de 120 BPM, una opción es empezar a practicar a unos 75 BPM hasta que puedas tocar la pieza perfectamente. A partir de ahí, puedes aumentar la velocidad hasta 90 BPM. Practica a ese ritmo hasta que te sientas cómodo y luego aumenta la velocidad a 105 BPM.

Finalmente, puedes intentar tocar la pieza a toda velocidad y, como has ajustado el tempo por etapas, no te resultará tan difícil como si hubieras empezado a aprender la pieza a 120 BPM. Utiliza todas las “etapas” de tempo que necesites para sentirte cómodo. A veces, aumentar el ritmo en 5 BPM cada vez es lo que se necesita. Lo más importante es ir más despacio y aumentar gradualmente la velocidad.

4 Utiliza un metrónomo o un clic

Como parte de la sección anterior, recomiendo encarecidamente el uso de un metrónomo o pista de clic mientras se practica. ¡Aquí hay un par de razones por las que es tan importante!

  • Etapas de tempo: Usar un metrónomo o un clic mientras tocas te permitirá aumentar o disminuir la velocidad a la que estás aprendiendo la parte con facilidad sin tratar de adivinar dónde están los 75 BPM, o si finalmente has aprendido la parte a 120 BPM
  • Consistencia: Aunque seamos muy buenos para mantener un tempo constante mientras tocamos, el uso de un metrónomo nos garantizará que seamos consistentes con nuestra velocidad, sin ralentizar ni acelerar.
  • Entrenamiento: El uso regular de un metrónomo para practicar también entrenará a tus oídos para que se mantengan en el tiempo de forma natural y consistente, incluso cuando no se utilice un metrónomo.

Muchos equipos de alabanza también utilizan una pista de clic si todos los músicos tienen monitores de oído. A veces, el “clic” constante de la pista de clic puede ser molesto cuando se utiliza por primera vez. Practicar con un metrónomo te permitirá estar preparado de antemano.

5 Repite, repite, repite

Y finalmente llegamos al consejo más importante y, por desgracia, el más mundano de todos: ¡la repetición! Volviendo al principio, cuando hablábamos de que lo último que queremos es estar nerviosos o ansiosos mientras tocamos nuestras partes, la repetición es la única manera de llegar a un punto en el que ya no tengamos que estresarnos por las partes que estamos tocando.

Tocar con éxito una parte difícil una o dos veces no va a ser suficiente durante un evento en vivo. En el calor del momento, o cuando nos ponemos nerviosos, siempre volvemos a lo que conocemos mejor. Si apenas hemos aprendido la parte que estamos tocando, es muy probable que la olvidemos cuando más importa. Sin embargo, practicar la parte en el tempo correcto una y otra vez nos ayudará a arraigar las partes en nuestra mente y nos permitirá tocarlas sin esfuerzo.

Cada persona practica de forma diferente, así que comprueba qué es lo que mejor te funciona. Al fin y al cabo, hay muchas maneras de ir del punto A al punto B. Estos son los métodos que me han resultado más útiles en mis propias rutinas de práctica. Utiliza las herramientas que tienes para aprovechar al máximo tu tiempo de práctica y poder tocar las partes difíciles con la tranquilidad de saber que has hecho todo lo posible para prepararte.

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